Ahjussi amargado o como destrozar en un 2 por 3 al Oppa Azul.
Era
un día festivo en el país, las calles llenas de gente y automóviles, Unnie
comenzaba a creer que llegaría tarde en su primer día de trabajo, -¡Omooooo!,
no por favor- imploraba dentro del transporte público; después de unos minutos
estaba en la parada frente a la tiendita coreana -¡Qué fortuna, llegue a
tiempo!. En la entrada se encontró con quien sería su compañera de penas,
¿recuerdan a la señorita tímida que apareció en la primera entrega de esta
historia?, bien, su nombre es Missa.
Ambas pasaron a la tienda donde un señor de ojos razgados tenía la mirada fija en su celular mientras reía sin pena, Missa anunció la llegada de Unnie, a lo que el sólo indicó con la mano que se esfumaran. Posterior a la extraña bienvenida, Missa se encargó de explicar a la recién llegada sobre las tareas del empleo, lo que incluía cobrar productos, limpiar dentro y parte del exterior del negocio, lavar el baño y los trastes (las 3 últimas no convencían del todo a Unnie) pese a todo parecía llevadero, pues podía leer hangul en los empaques, escuchar kpop todo el día y aprender uno que otro dato interesante sobre Corea del Sur pues estaba segura que su jefe les contaría eso y otras historias admirables de su país natal; con esa lista de beneficios se terapeaba repetidamente durante ese día. Además sería algo temporal en lo que ahorraba un poco de dinero.
Lo cierto es que la realidad distaba mucho de lo
que había imaginado y no tardo ni una hora en darse cuenta.
-El programa de la
caja registradora funciona de la siguiente manera- Missa procuraba no perder detalle; -¡Ouuu! se acabó el papel de la máquina de tickets, cambiaré el rollo, pero antes tengo que avisar a Lee* (cuando para cualquier cosa, por mínima que sea, como cambiar el
papel higiénico del baño, etc, obligadamente se necesita la autorización del jefe, es que algo anda mal, o al menos no hay confianza y ese, donsengs, es un signo de que deben huir
jajajaja). Pero Unnie no podía huir por cualquier pequeñez, resultó que por broma del destino, el papel no era el correcto y tremenda rabieta montó el ahjjussi Lee, pues
aunque él había realizado la compra, culpaba a Missa, por el error, una
de sus frases fue - Aiiisshhhh (con entonación coreana), tonta, ahora ve a
cambiarlo o a ver cómo le haces para arreglarlo-. Realmente estaba molesto,
cuando dijo -Tú, ven... -¿Yo? - preguntó Unnie... -Sí-.
El
ahjjussi trataba de frenar su enojo haciendo una entrevista bastante extraña a
Unnie, jamás preguntó sobre sus habilidades; más bien optó por un cuestionario sobre
su estado civil, sí tenía hijos, hermanos y finalizó con un examen exprés de
los números en japonés (¿raro? ¡rarísimo!).
Pasado un poquito el berrinche, las mando a cambiar el papel a la papelería, el trayecto
sirvió para poder entablar una interesante conversación sobre quiénes eran, qué
habían hecho en sus vidas pasadas y lo que que planeaban para una futura
reencarnación.
Unnie se encontraba sorprendida al saber que su compañera también era profesionista
y lanzó la pregunta que la venía merodeando desde el incidente de la mañana. -
Wow, ¿eres profesionista? ¿por qué dejas
que te trate así?, nadie merece ese trato. -Ya sé, la verdad es que le he pasado muchas cosas a
Lee, pero si me salgo no tengo dónde ir, es decir, no he encontrado algo mejor,
al principio si sientes feo pero conforme pasa el tiempo te acostumbras, ya verás- hace una pausa y exclama -sabes, me
alegra que hayas llegado, al menos tengo con quien compartir lo que pasa
aquí, estar sola es muy aburrido, desde hace 2 meses que no descanso
porque como no hay otra empleada- se sincera con Unnie, mientras ésta planeaba en su mente un escape sigiloso al regreso, aunque después de la confidencia de su compañera lo piensa
detenidamente, "Tal vez no sea tan malo, se dice, aguantaré este día"
De
regreso y con una apacible calma que duró alrededor de 4 horas,
pues el ogro Lee, quisé decir, el ahjjussi Lee salió, quién sabe a dónde, ellas platicaron
de lo lindo, rieron mientras Missa explicaba con detalle las cosas que poco a poco
había ido aprendiendo porque, como era de esperarse, nuestro personaje malvado no
le había enseñado nada, Ella haciendo uso de sus conocimientos, su intuición y
su buena formación administrativa, había aprendido como sobrellevar esa tienda que
poco a poco se caí a pedazos por su mala dirección.
La tímida compañera aprovechó para dar consejos de supervivencia a Unnie, -debes estar al pendiente de lo que necesite Lee a todo momento, por ejemplo, si
toma café te acercas sigilosamente para ver si terminó y lavar
inmediatamente su taza, porque el nunca te va a indicar que lo hagas (su lema es que debes ser proactiva), pero si no lo haces, al otro día te va a
regañar y ya viste cómo es cuando se enoja.
Pero como nada es para siempre, la calma llegaba a su fin, empezaba a oscurecer y ahjussi Lee apareció entre tinieblas (risas), se cocinó y enseguida el par de chicas tuvó que lavar los trastes sucios, luego estuvieron quitándole el moho y las partes inservibles a unas raíces que parecían llevar siglos en el refrigerador, pero que aún se podían vender, según él. Mientras el veía su telenovela de la tarde. Lo de escuchar kpop cuando quisiera fue otro de los desengaños que sufrió Unnie, pues en cuanto el señor lo ordenará tenía que apagar la música para que él pudiera escuchar en la bocina el audio de su novela.
Pero lo peor estaba por llegar, ya casi siendo hora de cerrar un par de personas solicitaron entrar al baño de la tienda, haciendo su respectiva compra para usarlo, después que salieron él enojado y gritando dijo que nunca más dejáramos pasar a los mexicanos al baño, si venía un cliente coreano sí, mexicanos ya no.
Aunado a eso, al hacer el corte de caja faltaban $11, su enojo fue tal que poco le falto para zarandear a Missa, y a Unnie la vio como acusándola del extravío, oportunamente esta última recordó que el ogro había tomado una botella de agua de la tienda y no la pagó. Después de hacer su respectivo pago, las vio feo sin siquiera disculparse, lo que hizo que Unnie tomará una decisión definitiva, no volver a poner un pie en ese horrible lugar, unicamente lo sentía por su compañera pero ella no estaba dispuesta a soportar tales maltratos.
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Quiero finalizar con la reflexión que me dejó esta experiencia en
mi vida.
- La falta de buenas oportunidades laborales nos lleva a lugares como este, dónde con optimismo aceptas la labor, pues sabes que de todo se puede aprender y estás dispuesto a poner lo mejor de ti en tu trabajo. Pero eso no justifica que por la "oportunidad" tengas que soportar maltratos y faltas de respeto.
- Los negocios siempre irán mal cuando el jefe no ponga el ejemplo, ni muestre compromiso, pasión y sobretodo humildad en el trato a sus subalternos.
- "Al principio se siente feo, pero después te acostumbras" debería ser una frase prohibida en nuestro entorno laboral.
- Desde pequeños una máxima que, al menos en México, se nos enseña es "A donde fueres, haz lo que vieres" y yo les recomendaría a los extranjeros que lleguen aquí hacer de esta una forma de vida, nosotros somos muy apachadores con ustedes, no se vale que nos quieran ver menos cuando vienen aquí y viven de nuestro dinero. ¿por qué no pensar en un ganar-ganar?
- No todo es como lo pintan, no todo es como en los dramas asiáticos, existen asiáticos hermosos (lo he comprobado y no me refiero al físico) pero también los hay malos. Es buena una cucharada de realidad de vez en cuando.
Donsengs,
una disculpa por la extensión de la historia, juro que fue lo más resumido,
omití otros maltratos del día jajajaja, lo que realmente me interesa es saber ¿qué
piensan de la tragicomedia de Unnie? ¿Les ha sucedido algo parecido? ¿Se han
llevado un chasco con nuestros adorados asiáticos? Cuéntenme e intercambiemos
comentarios
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Por mera educación he cambiado los nombres de los personajes, quemaría al
Ahjjussi Lee, pero él se quema a diario con sus acciones.
¡Muchas gracias por leer! ¡Nos vemos en la próxima entrada! ^^
¡Muchas gracias por leer! ¡Nos vemos en la próxima entrada! ^^
Hasta apenas vengo leyendo la continuación! jiji. Pues qué te puedo decir, ¡fatal el ogro malvado! Me alegra que te hayas salido de allí. No conlleva un esfuerzo extraordinario crear un buen ambiente de trabajo, y sin embargo, éste señor más bien se esforzaba por hacerle la vida de cuadritos a sus empleadas. ¡Qué triste que venga de tan lejos y sólo sea para poner en mal a sus compatriotas! Tachesote para el señor.
ResponderBorrarSí, horrible el señor jajajaja ni modo, de todo se aprende :D
Borraromg estoy de acuerdo con el punto 4 soy muy fan de corea pero donde antes trabaja había coreanos y los empleados se quejaban un buen yo no he tenido el justo de tratarlos.
ResponderBorrarpues sí, el punto aquí es tener los pies en la tierra y no idealizar pues después de todo seguimos siendo humanos no importa la nacionalidad :D
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